lunes, enero 31, 2011

Contingencia

Hoy traigo al blog un concepto muy común en la filosofía y la teología, aunque también la ciencia recurre a él. Se trata de la contingencia. No es un palabra que usemos mientras tenemos una cerveza en la mano, pero me parece que nos iría mejor si esta idea estuviera más presente en nuestras vidas. Pero ojo, que no es algo que nos encaje hoy a la gente de nuestra cultura.
La RAE define contingencia como "posibilidad de que algo suceda o no suceda". Que nuestra existencia sea contingente (como dicen muchos pensadores) es que no la controlamos, que somos pero podíamos no ser. Me cuesta explicarlo, y creo que es una experiencia no racional, sino que coge a toda la persona, que podemos y debemos vivir: experimentar esta contingencia. 
Desde la ciencia podemos decir somos porque un espermatozoide entre millones fecundó un óvulo; o más atrás, que el ser humano existe porque se dieron infinidad de condiciones naturales que permitieron una evolución hasta nuestra especie. La fe nos dice que somos porque Dios nos ha creado porque... SÍ, porque quiso, gratuitamente, nos dio la vida y el ser.
Hoy más bien tendemos a creernos todopoderosos, que todo lo merecemos y podemos tener, tenemos infinidad de derechos y de privilegios. Pero todo eso se viene abajo cuando nos enfrentamos a la muerte, a la enfermedad, a cualquier limitación.
No quiero decir que en vez de creernos los más "guays" del universo tengamos que vernos poca cosa y que nuestra existencia es insignificante. La alternativa es tan bonita como vivirnos como hijos de un Dios que todo lo hace por Amor.

No hay comentarios: