viernes, mayo 13, 2011

Sacramento


Si hablamos de sacramentos, lo primero que nos viene a la mente –si tenemos cierta formación religiosa- son los 7 sacramentos de la Iglesia, que alguna vez aprendimos de memoria. Estos sacramentos están pensados para acompañar la vida de los cristianos en momentos que de alguna manera son importantes.
Pero la palabra sacramento tiene también un sentido más amplio. Por lo visto, por su origen latino significa instrumento que convierte algo en santo. El latín traducía así la palabra griega “myterion”. El misterio en teología no algo que no podemos adivinar como se suele usar normalmente, por ejemplo en un episodio de CSI. Misterio es algo de lo que conocemos algo, pero no todo. Se aplica a Dios, pero también podemos decir que alguien es un misterio para mí, porque conozco algo de ella, pero hay otras muchas cosas que no conozco.
Entonces un sacramento es algo que veo, toco, oigo, algo palpable pero que me remite a Dios. Es algo que aun siendo material y “tocable”, de alguna manera apunta a Dios, al que no podemos “tocar”. Una especie de puente entre nuestra realidad más ordinaria y la realidad de Dios, al que no se le puede reducir a una “cosa” pero que está deseando comunicarse con nosotros. Es toda una experiencia acercarse a algo que nos parece de lo más normal y, sin saber cómo, tener la certeza de que Dios nos ha visitado.
Creo que tendríamos que compartir más cuáles son nuestros sacramentos. Puede ser una foto, una escultura, una canción, un lugar, un olor, personas, escritos… Recuerdo un libro precioso de Leonardo Boff en el que compartía como la colilla del último cigarro de su padre era sacramento para él. Pues que podamos disfrutar de todo lo que nos rodea como sacramento.