lunes, marzo 03, 2008

Es mío


"No lo cojas. Es mío." Esto grita María a Teresa cuando están juntas. Tienen 2 años. Y ya van sintiendo ese deseo tan humano de hacer nuestras las cosas. Sus madres tratan de enseñarles a compartir.
Claro que ellas tienen 2 años, pero yo a veces me siento así de niño. Y observo que a muchos nos pasa. No adueñamos del dinero, de lo que sabemos, de las personas, de las oportunidades, de la vida... Buscamos seguridad y poder. Estoy seguro.
Cada vez me siento más llamado a desposeerme, y me queda un largo camino. Y no porque las cosas sean malas. Más bien veo que lo que deseo poseer son cosas muy buenas, bonitas, preciosas.
Pero si en vez que buscar la seguridad y el poder poseyendo busco desposeerme ¿no me quedaré inseguro e indefenso? Me parece que la trampa está en que ninguna posesión nos da una seguridad total. Sin embargo cuando me hago consciente de que todo, todo lo que tengo es puro regalo, que me viene dado, me veo pequeñito, pero también siento un Amor inmenso de aquel que es Regalo en esencia. Y nunca pararé de luchar contra esta tendencia a poseer, lucha que voy viendo que es dolorosa porque implica arrancar, abrir heridas, sentirme pobre y morir a mí yo. Pero es una lucha en la que no estoy solo. Y además sé que la muerte no tiene la última palabra.
Y no pararé de luchar porque cuando siento que lo que tengo y vivo es un regalo doy dignidad a las personas y a las cosas, porque vivo agradecido e ilusionado, porque así veo que disfruto más de todo, y creo que hago disfrutar más a los demás.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Por qué queremos adueñarnos de los pájaros si ellos son del cielo?
Aunque los ojos duelan de llorar, estoy convencido de que hay que dejarlos volar. Vivir dando, compartiendo, sin acaparar...todo un reto, especialmente si es algo que sientes como muy tuyo, como la mejor parte de ti, aunque en realidad sea un regalazo de Dios.

Anónimo dijo...

Dios regala. Se regala. Aun conociendo nuestra debilidad, nuestra inclinación a poseer. Confía en mí aunque sabe que soy una egoísta, y en el regalo se me da Él. No es fácil abrir la mano porque creo que no podré vivir sin nada, y eso es porque no tengo fe para creer en que Él es continuo regalo.