domingo, noviembre 25, 2007

100% Gratis

Gratis.
Esto no es una oferta de promoción, ni uno de esos coleccionables que nos regalan la primera entrega para “engancharnos”; tampoco la matrícula de un curso de francés.

Más bien me refiero al milagro de la gratuidad. Eso que sucede cuando alguien se nos da porque sí. Sin interés, sin buscar nada, ni siquiera de segundas. Darse. Puede ser un beso inesperado, una llamada cuando no es tu cumpleaños, un mail en los que no te piden un favor; o una visita de las que nos hacen abrir mucho los ojos; también una carta en papel, escrita a mano, de esas a las que ahora no están acostumbrados los carteros. O dar una tarde de tu semana a quienes antes no conocías y ahora son parte de tu vida, un verano a hermanos con quienes la vida ha sido injusta, incluso…hasta dar la vida.

Instintivamente, ante signos así, contaminados como estamos por la lógica del mundo, nos preguntamos ¿qué querrá éste?, ¿qué estará buscando ésta? Qué desconfiados, ¿no? Pero es que hoy todo tiene un precio, nadie da nada a cambio de nada, y todas esas cosas que dicen algunos. Yo no me lo creo. No, lancemos fuera esas sospechas y disfrutemos de lo incondicional.

Menos mal que hay cosas que hacemos porque sí, porque nos sale del alma. Que ponemos en juego nuestra libertad para darnos un poco de nosotros mismos. En inglés con la misma palabra se dice gratuito y libre. Me gusta. Cada vez me convenzo más de que las cosas realmente importantes de la vida no cuestan dinero.

Son estos gestos gratuitos los que me ganan, aunque sean pequeños. Son los que convierten a un compañero en amigo, los que me hacen admirar a personas corrientes, los que me hablan de Dios en la vida, los que me cargan las pilas de la esperanza y me ayudan a creer irracionalmente que otro mundo es posible. Como cuando alguien con quien te cruzas unos días se cuela en tu vida a base de darse así, porque le da la gana.

Me gusta pararme a sentir y disfrutar lo que surge en mí cuando contemplo estos milagros de lo gratuito, es como si se esponjara el corazón, una alegría honda y pacífica que me hace sonreír y suspirar brindando a la Fuente de toda gratuidad.

2 comentarios:

mancorp dijo...

Siempre es reconfortante, recibir de los demás muestras de cariño desinteresado, pero mas aún es brindar a los demás ese amor que Dios a través de nosotros les hace a los mas necesitados de la tierra.
Un saludo

Anónimo dijo...

Te colaste en mi vida porque te dio la gana.
En mi perrez, mi pena, mis soledades,en mi oración, en mi cueva....tu gratuidad.
El Jefe recoge lágrimas y tu me pones una sonrisa.
Tú si que eres gratis al 100%.
Un regalo de Dios