jueves, marzo 01, 2007

Leyendo

Quizás uno de los mejores regalos que Madrid me ha hecho es darme tiempo para leer. Bueno, en realidad primero me quitó ese tiempo y lo metio bajo tierra en vagones de la línea 1 y la 2, pero luego hemos ido rescatándolo para pasar buenos ratos con gente como Milan Kundera, Glez Buelta, Antoine de Saint-Exupéry, Sándor Marai, Rosa Montero, y otros muchos. A veces me pasa, que algún párrafo de lo que leo se me queda grabado y me acompaña un tiempo. Comparto uno de esos:

"Cuanto más me analizo, más descubro esta verdad psicológica: que ningún hombre levanta el dedo meñique para la menor obra sin que le mueva la convicción, más o menos oscura, de que está trabajando infinitesimalmente (al menos de modo indirecto) para la edificación de algo Definitivo, es decir Tu misma obra, Dios mío. Esto puede parecer extraño y desmedido a quienes obran sin analizarse hasta el fondo. Y, sin embargom se trata de una ley fundamental de su acción. Hace falta nada menos que la atracción de eso que se llama Absoluto, y hace falta nada menos que Tú mismo para poner en marcha la frágil libertad que nos has dado."

El medio divino
Pierre Teilhard de Chardin

1 comentario:

Anónimo dijo...

hola Javier, te escribo desde Mexico, ¿sabes si hay un símbolo para la frase en todo amar y servir?, me interesa mucho, con frecuencia lo relacionan con AMDG, del cual si hay símbolo,
Gracias y suerte en Madrid

Elena Cano
elenacano@megared.net.mx