miércoles, julio 23, 2008

Tánger

Llevamos más de una semana en Tánger. Aquí, cada día se llena de oportunidades de encuentros: Sister Linsett, Mohamed, Tahiri, Osama, Youseff... Me impresiona sentirme tan en casa en un contexto tan diferente al mío. Es la certeza de un promesa de hermandad de lo Humano, que apunta al Reino. Más allá del dolor, que se hace tangible en las vidas de estos hermanos y hermanas.
Me marcó mucho el encuentro del sábado con los subsaharianos. Celebramos con ellos la fe, en su "Church" en medio de un bosque. Una iglesia que era una tienda de lonas en la que resonaban las palabras que oyó Moisés: "descálzate". Unas vidas empantanadas en un país de paso a un paraiso de papel. Una Europa que podíamos ver tan cerca, pero tan inaccesible a ellos.
Por las calles de esta ciudad, el bullir de gente es continuo. Hay dificultades, dolor, marginación, pero también hay vida. Mucha vida. Es un privilegio estar aquí.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Me sorprende y me agrada la capacidad que tienes para expresar tanto con tan pocas palabras, como el escultor al moldear los materiales elegidos.
Solidaridad, amor, indignación, injusticia, vocación, encuentro, fronteras, dolor, marginación, humildad, agradecimiento...ESPERANZA