martes, diciembre 18, 2007

Campaña de Navidad

Estas últimas semanas del trimestre, en el colegio, estamos haciendo la campaña de Navidad. Realmente se mueve mucha gente en torno a este motivo. Seguro que recogeremos muchos kilos de alimentos para que gente que en estos días no puede apuntarse a esta Navidotecnia que hay montada. Y sólo por esto merecerá la pena. Pero además se crea una preciosa corriende de compañerismo entre profesores, alumnos, antiguos alumnos, familias, pastoralistas, etc. Trabajar en una misión común en estos tiempos en que cada uno vamos a lo nuestro es todo un signo de Navidad de la buena. Unirnos, ya para motivar a los chicos, ya para recoger alimentos, empaquetarlos o cantar villancicos crea espacios de fraternidad que hacen más creible que el niño envuelto en pañales va a cambiar nuestras vidas.

En el día del inmigrante

viernes, diciembre 14, 2007

Encuentro de religiosos/as jóvenes

El puente de la Inmaculada nos juntamos en Granada cerca de 200 religiosos y religiosas (sobre todo ellas) jóvenes. Era la primera vez que iba a un encuentro así. Hoy, que somos escasos los que optamos por esta forma de vida era llamativo ver un grupo tan grande. No digo que seamos pocos los llamados a este estilo de vida, porque algo me dice que el Convocador de todo esto sigue dando la lata. Quizá hoy cuesta responder a estas llamadas, o quizá nuestro testimonio no sea atractivo. No sé.

Hicimos muchas cosas: trabajar, rezar, visitar distintos proyectos apostólicos, pasear, pensar, danzar, cantar... y todo juntos.

Iba con muchas preguntas: ¿qué lugar tenemos en la Iglesia? ¿qué nos dice el Señor en este tiempo de disminución? ¿qué respuestas podemos dar a tanto dolor como vemos en nuestra sociedad?

Me impresionó ver cómo algunas compañeras están en la frontera, con menores, mujeres que cayeron en la prostitución, en barrios... Se trabaja mucho, y bien. Me vengo con la impresión, como decía Carmen, de que hoy la vida religiosa es vivible, tiene pleno sentido; y con la espinita, como escuché a Marisa, de que tendemos a acomodarnos, en vez de salir a los caminos y mojarnos en un mundo que tiene mucho de roto.

lunes, diciembre 10, 2007

Me da miedo la Navidad

Puede ser sonar raro eso de que la Navidad dé miedo. Hay gente se estos días está triste, a otros les parecen unas vacaciones claves para reponer fuerzas en un curso que se hace duro. Pero ¿miedo?
No me da miedo que las calles estén llenas de luces bonitas que aumenten el consumo eléctrico y así el calentamiento de la tierra. Ni tampoco que nos gastemos una pasta en regalos, como si de regalar dependiera el cariño. Ni siquiera que un señor gordo vestido de rojo se haya colado en nuestra Navidad sin saber bien por qué.
Me da miedo que no nos enteremos. O que yo no me entere. Que con tantas cosas que hay que hacer no saque un ratito para pensar en ese niño tan especial que rompió la historia sin hacer ruido. O que preocupado por adornar la casa no considere dónde nacería Dios hoy. O que no esté preparado para acoger este misterio, tan minúsculamente sobrecogedor. Porque Dios tiene la manía de hacerse hombre donde no lo esperamos, donde no lo vamos a buscar. Lo que me da miedo es que me lo puedo perder.
Si de algo estoy seguro es que necesito sentir esa venida. Mi vida lo necesita. Y no me lo quiero perder. Por eso tengo miedo...