El sábado nos encontramos miles de personas: mayores, jóvenes y niños; españoles, ecuatorianos, colombianos, nigerianos, marroquíes...; comunistas, cristianos, posmodernos...; soñadores y realistas; empresarios y parados. Y todos andábamos en la misma dirección. E íbamos juntos. Cantamos, bailamos, gritamos, reimos, nos quejamos. Y juntos.
Todos teníamos el mismo sueño: un mundo sin pobreza. Porque sabemos que hay para todos. Una ONG dice que la nuestra es la primera generación de la historia con capacidad para acabar con la pobreza. ¡Hagámoslo!
No sé si cada uno podemos hacer mucho, pero el sábado todos salimos con la seguridad de que es posible. Otro mundo es posible. Donde todos los hombres y mujeres tengan la posibilidad de vivir con dignidad.
2 comentarios:
gracias por olvidar los portugueses
gracias por olvidar los portugueses
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