Si desde que nos levantamos nos colocamos el ipod hasta que el profe empieza la clase, luego cuando no estoy con alguien llamo por el móvil, o con la tele a todo volumen, me paso el día entero sin un segundo en silencio. Hay quien dice que tenemos miedo al silencio. Yo no lo creo. Quizás no se nos ha educado para él, y tenemos que aprender.
No porque el silencio en sí sea bueno, sino porque hace falta para que pasen cosas, como oir nuestro corazón, mirar más allá de las superficies, orar, contemplar, soñar, y muchas más cosas.
Regálate un ratito de silencio al día. Y disfrútalo.
6 comentarios:
el SILENCIO, esa maravilla que te inunda el corazón, que te permite ahondar en las entrañas de lo que vives, que te permite disfrutar de la paz que lo paraliza todo... Que Dios nos conceda SILENCIO para la vida de metro, de bus, de prisas, de tele, de radio... para el mundo de ruido en el que vivimos...
Gracias Javi, me va gustando
gracias
Hey! Adoro el silencio!
Aunque el verdadero silencio es difícil de conseguir...Digo silencio en parar de pensar (porque aunque apaguemos la radio y la televisión, seguimos pensando y pensando)
¿Silencio para qué??
Para oir lo que nos tienen que decir del otro lado.
Javi, tus palabras me han sugerido varios pensamientos que trataré de resumir. Para ello me voy a ayudar de una frase de Sandor Marai “la noche sólo tiene un juez: la conciencia” y la noche puede ser como el silencio, y en silencio puede que oigamos nuestra conciencia y no siempre estamos preparados para oír lo que nos dice la conciencia, ¿no? Hay que aprender a buscar el silencio, pero hay que estar preparado para estar en silencio y así poder disfrutarlo.
Un abrazo.
PD: enhorabuena por tu blog
gracias por tu comentario
Javier,
El silencio es sagrado, es el momento que Dios coje para nos hablar muchas veces.
Besos
Publicar un comentario