Me sorprendo al caer en la cuenta de la cantidad de actos de fe que hacemos cada día.
Yo estudié mecánica de fluidos, pero me sigue pareciendo un milagro que algo tan grande y pesado como un avión vuele. Nos fiamos del piloto, de los mecánicos y de mucha gente cuando tomamos un avión.
Cuando abrimos el grifo y bebemos, tenemos fe en todos los procesos de depuración de agua, en que lo que bebemos es potable.
El niño, no tiene más remedio que tener fe en sus padres, en que le van a dar lo que necesita.
Hacemos pequeños actos de fe cada vez que usamos un ordenador y confiamos en que hará bien las operaciones que le pedimos, cuando no es más que un montón de metal y plásticos.
Yo confío en el conductor del metro, en los que han sembrado y recogido lo que como, en los que construyeron la casa donde vivo, en que lo que me enseñan es cierto, en que Dios me ama como soy. Y creo que no puedo vivir sin fe.
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2 comentarios:
No se puede vivir sin fe, es algo que hace parte de nuestra vida, como el Amor de Dios.
Besos y gracias por su post
gracias, javi
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