Cuando estudiaba filosofía leí que nadie había sido capaz de definir el tiempo. Notamos los cambios, y para explicarlos llamamos a algo tiempo.
Ahora no estudio filosofía y la cuestión es que llevo un tiempo peleado con el tiempo. Quizás sea por vivir en una gran ciudad, y es que aquí todo el mundo va corriendo de un lado a otros. Al principio pensaba que los que corrían eran gente importante y tenían que correr por eso. Ahora no creo que sea así. Hay una especie de virus de la "prisa" que se nos mete. Yo a veces también corro, aunque me cabrea descubrirme así.
Por ejemplo, cuando bajo rápidamente las escaleras del metro porque sonó el timbre del tren que está a punto de salir; o cuando no me paro con una amigoa en la calle porque voy tarde a clase; o no llamo a alguien querido porque "no tengo tiempo".
Así, pienso que me pierdo las cosas esenciales, aquellas que son invisibles a los ojos, como una buena y larga sobremesa, rezar sin mirar el reloj, leer poesía, un café de tres horas ese amigo de toda la vida, pasear por mi barrio...
2 comentarios:
Javier,
muchas veces me sinto como tu escribes, sin tempo e triste, porque rezar sin mirar el reloj, un café de tres horas con un amigo de toda la vida, es cada vez más dificil, la sociedad, parece que quiere que seamos doidos por el tiempo.
Un grande beso e gracias por tu blog
sabes? llegue aqui por "EN TODO AMAR Y SERVIR"... gran frase, mas que frase... me encanta tu blog, siento que pensamos muy parecido, pero una gran diferencia, la fe.
un abrazo.
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